THE GREAT TREE OF WATER
Esculturas de Gran Formato, Esculturas y Relieves de Papel. 2013.
La serie titulada The Great Tree of Water conformada por relieves hechos en papel, dibujos de gran formato y collages, nace del interés recurrente del artista por la naturaleza sagrada y por la tradición oral del Amazonas que desde el mito, da cuerpo a la muestra titulada el Gran Árbol de Agua presentada en la galería MagnanMetz de Nueva York en el año 2013.. Las formas dendríticas en los relieves y los dibujos son un reflejo, quizá una huella dejada por el árbol en su caída – o por el río en su curso -. Ríos o árboles, encontrados y opuestos, positivos y negativos se funden en la inmensidad misma que representan. El impacto en la tierra y en el paisaje se extiende por el territorio dejando indicios de su paso.
El Árbol de Bombetoka, formó parte de la muestra, compuesta por dibujos realizados en carboncillo sobre papel de algodón. Cada uno registraba la imagen satelital de los ríos mas importantes del planeta, prestando especial atención a la silueta de árbol formada en su delta.
Esta serie procuraba señalar la conexión existente entre árbol y río.
MILER LAGOS
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El pueblo tikuna de Brasil tiene un mito que ha ido transmitiéndose en forma oral de generación en generación. Es el mito de la gran Ceiba, también conocida como Wone –un árbol colosal que vivió entre ellos en la selva brasileña, cerca de los límites de Perú y Colombia–, de la cual se dice que, como bloqueó el sol y se apoderó del espacio, todos los animales de la región se unieron para derrocarla. La huella del árbol derribado esculpió el río Amazonas y sus ramas formaron sus afluentes, mientras que las ramas más pequeñas crearon arroyos y corrientes y sus hojas produjeron lagos y estanques. Miler Lagos, quien vive y trabaja en Bogotá, Colombia, exploró esta historia y sus implicaciones en su reciente exposición en Magnan Metz, titulada *The Great Tree of Water,* un ambicioso grupo de obras en el que cada una podía sobresalir por su cuenta de manera autónoma, o podían formar una unidad para convertirse en una instalación más grande.
La muestra constaba de cuatro secciones principales. A lo largo de las paredes había magníficas obras en grafito sobre papel que representaban diversos ríos como el Selenga y el Lena. Al presentarlas en forma gráfica, sacándolas de su contexto y exhibiéndolas en forma vertical sobre la pared, estas masas de agua tomaban la apariencia de grandes árboles, incluidas las ramas y las raíces. En una inversión de estos dibujos, el artista realizó una serie de profundos relieves cortados en papel y montados sobre mesas, para presentar una vista topográfica de “valles” o “lechos de ríos” creados por los espacios negativos de los árboles ausentes.
Quizás más fascinantes visualmente eran dos proyectos esculpidos en papel. Uno consistía en relieves de papel doblado en formas circulares instaladas sobre las paredes; para hacer estas construcciones se utilizaron diversos periódicos como el *Wall Street Journal*, **cuya uniformidad en el diseño permitió que surgieran una serie de diseños concéntricos que les daban a los círculos la apariencia de anillos de árbol. Y sobre el piso había un grupo de formas esculpidas que adquirieron los contornos, las densidades y la apariencia de troncos de árboles añosos. Al mirarlos más de cerca, uno se daba cuenta de que estos troncos eran en realidad pilas de papel sobre cuya superficie el artista había tallado representaciones gráficas, con el fin de imitar la forma de ciertos lagos y de árboles cortados.
Esta fue una fabulosa colección de obras de arte hechas en distintos estilos y técnicas, en la que cualquier grupo habría contribuido para hacer una fascinante exposición. Estaban conectadas, por supuesto, por los temas relacionados de la analogía árbol/río, que se ampliaba a las relaciones de toda la vida y los organismos en este planeta. Al mirar las representaciones de los árboles/ríos, uno se daba cuenta de que también eran análogas al sistema circulatorio del cuerpo, y que ríos como el Amazonas son, de hecho, la sangre del planeta. Por supuesto, la decisión de emplear papel en cada proyecto no parecía accidental o arbitraria, dado que el papel es una evolución de la existencia de un árbol. Cabe anotar que los dos proyectos en los que se utilizó más papel, los anillos de árbol y los troncos esculpidos, lo emplearon para presentar árboles que habían sido cortados: una infortunada necesidad para la producción de papel, y también un asunto muy preocupante con respecto a lugares como la selva amazónica en la actualidad.
Con su segunda exposición individual en Nueva York, Lagos unió mitología, espiritualidad e inquietudes de tipo ecológico en obras de arte que desde el punto de vista intelectual tenían muchas dimensiones y que fueron hechas con maestría. Está comprobando que es un artista cuyos talentos coinciden con sus ambiciones.
JOHN ANGELINE
Angeline, J., [John Angeline]. (2014, diciembre). Miler Lagos Magnan Metz Gallery. *Artnexus.com*
The Tikuna people of Brazil have a myth, passed down orally for generations, of the great Ceiba, also known as Wone–a colossal tree that lived amongst them in the Brazilian rain forest near the borders of Peru and Colombia. Because the great tree blocked out the sun and overtook the space, all the animals of the region united to overthrow it. The imprint of the fallen tree sculpted the Amazon River, its branches formed the river’s tributaries, its twigs created creeks and streams, and its leaves produced lakes and ponds. Miler Lagos, who lives and works in Bogotá, Colombia, explores this story and its implications in his recent exhibition at Magnan Metz titled *The Great Tree of Water,* an ambitious group of works that can each stand autonomously on its own or which all cohere into a greater installation.
There are four main sections in this show. Along the walls are rich graphite works on paper depicting various rivers such as the Selenga and the Lena. By rendering them graphically, removing their context, and displaying them vertically on the wall these bodies of water do affect the appearance of great tress, including branch and root systems. In an inversion of these drawings, Miller executes a series of deep paper-cut reliefs that are mounted on tabletops, presenting a topographical view of “valleys” or “river beds” created by the negative spaces of the missing trees.
Perhaps most visually arresting are two sculpted-paper projects. One involves reliefs of folded paper shaped into circular forms mounted on the walls; these shaped paper constructions are comprised of various newspapers such as the *Wall Street Journal*, whose uniformity of layout allows for a series of seemingly abstract concentric patterns to emerge which give the circles the appearance of tree rings. And on the floor is a grouping of sculpted forms that take on the contours densities and appearance of aged tree trunks. Upon closer inspection, one realizes that these trunks are actually stacks of paper with graphic renderings on their surface that have been carved by Lagos to mimic the shape of certain lakes and take on the form of cut trees.
This is a rich collection of artworks done in disparate styles and techniques, anyone set of which would have made for an intriguing exhibition. They are of course threaded together by the related themes of the tree/river analogy, which expands into the relatedness of all life and organisms on this planet. When one looks at the tree/river renderings one realizes that they are also analogous to the body’s circulatory system and that rivers like the Amazon are in fact the lifeblood of the planet. Of course, the choice to employ paper in each project hardly seems accidental or arbitrary, given that paper is an evolution of a tree’s existence. It is also noteworthy that the two projects that make the most use of paper, the tree rings and the sculpted trunks, use paper to present trees that have been cut down—an unfortunate necessity for paper production and also a matter of great concern regarding sites such as the Amazon Rain Forest today.
With his second solo New York exhibition, Lagos ties together mythology, spirituality, and ecological concerns in artworks that are intellectually layered and masterfully crafted. He is proving to be an artist whose talents match his ambitions.
JOHN ANGELINE